Santa Lucía – Mártir de la Luz y Protectora de la Vista

Santa Lucía (Lucia en latín, que significa «luz») nació entre los años 281 y 283 d.C. en la ciudad de Siracusa, en la isla de Sicilia, entonces parte del Imperio Romano. Era hija única de una familia noble y muy rica. Desde pequeña, fue educada en la fe cristiana, viviendo en una época marcada por las persecuciones contra los cristianos, especialmente bajo los emperadores Diocleciano y Maximiano, a finales del siglo III y principios del IV.

La Devoción y el Milagro de su Madre

Siendo muy joven, Lucía hizo voto de virginidad perpetua, deseando consagrar toda su vida a Cristo. Sin embargo, su madre, Eutiquia, sufría desde hacía años de una enfermedad crónica, a menudo descrita como hemorragia continua u otra dolencia grave. Temiendo morir y dejar a su hija desprotegida, Eutiquia deseaba verla casada. Para complacer a su madre, Lucía aceptó acompañarla en una peregrinación a la tumba de Santa Águeda, otra mártir siciliana, en la ciudad de Catania.

Durante la oración, Santa Águeda se apareció a Lucía en una visión y le dijo:

«Por tu fe, tu madre será sanada. Y así como yo fui la gloria de Catania, tú serás la gloria de Siracusa.»

Efectivamente, Eutiquia se curó milagrosamente. Después de este milagro, Lucía decidió donar su herencia a los pobres y dedicarse enteramente a Dios. Esto provocó la ira del joven al que estaba prometida, pues perdería la dote y el prestigio social. Lleno de furia, la denunció ante las autoridades romanas por ser cristiana, lo cual se consideraba un crimen grave, ya que el cristianismo era visto como una amenaza al Estado.


El Juicio Público

Santa Lucía fue llevada ante el gobernador de Sicilia, llamado Pascasio (o Paschasius). El tribunal romano la juzgó públicamente, ya que en aquella época, el cristianismo se consideraba un acto de alta traición. Los juicios se realizaban en público para servir de escarmiento, intimidar a otros cristianos y afirmar la autoridad imperial.

Ante Pascasio, Lucía declaró valientemente:

«Soy sierva de Cristo. Ninguna fuerza me hará negar a mi Señor.»

Irritado por su firmeza, Pascasio trató de humillarla ordenando que fuera llevada a un prostíbulo, donde sería violada y perdería la pureza que tanto valoraba. En ese momento ocurrió uno de sus milagros más famosos:

  • Aunque estaba atada y la arrastraban soldados, caballos y bueyes, Lucía no se movió de su lugar, permaneciendo inmóvil como una roca. Ninguna fuerza humana pudo desplazarla. El pueblo empezó a murmurar que se trataba de una intervención divina.

El Martirio de Santa Lucía – Domenico Beccafumi (1534)

Torturas y Martirio

Al ver que no podía llevarla al prostíbulo, Pascasio ordenó que fuera quemada viva, vertiéndole aceite o resina hirviendo sobre el cuerpo. Se produjo otro milagro: el fuego no la consumía, y ella continuaba proclamando su fe en voz alta.

Finalmente, el gobernador decretó que fuera ejecutada a espada. Las versiones sobre su muerte varían:

  • Algunos relatos afirman que fue decapitada.
  • Otros cuentan que recibió una profunda herida de espada en el cuello o en el abdomen, sobreviviendo aún algún tiempo. Incluso agonizante, profetizó la muerte del emperador Diocleciano y el fin de las persecuciones contra los cristianos.

Santa Lucía murió mártir el 13 de diciembre del año 304 d.C., a los 20 o 21 años de edad.


La Tradición de sus Ojos

Una tradición popular (aunque no históricamente comprobada) relata que Santa Lucía habría tenido los ojos arrancadosdurante la tortura, o que ella misma se los habría arrancado para alejar a pretendientes enamorados de su belleza. De ahí su fuerte asociación con la vista y los ojos.

Por esta razón, es frecuente verla representada en iconos e imágenes sosteniendo un plato o bandeja con sus ojos, símbolo no solo de la vista física, sino de la luz de la fe que ilumina el alma.


Milagros Atribuidos a Santa Lucía

  • Curación milagrosa de su madre, Eutiquia.
  • Inmovilidad sobrenatural cuando intentaron arrastrarla al prostíbulo.
  • Protección contra el fuego, que no la quemó.
  • Numerosas curaciones de enfermedades oculares a lo largo de los siglos, atribuidas a su intercesión.

Reliquias de Santa Lucía

Tras su martirio, el cuerpo de Lucía fue enterrado inicialmente en Siracusa, donde pronto se convirtió en lugar de peregrinación. Sin embargo, a lo largo de los siglos, sus reliquias sufrieron numerosas traslaciones debido a invasiones y guerras.

  • Siracusa: Conserva reliquias en la Basílica de Santa Lucía extra muros (extra moenia).
  • Venecia: Gran parte de sus reliquias fue trasladada allí para protegerlas de las invasiones sarracenas. Permanecieron largo tiempo en la iglesia de Santa Lucía, cerca de la estación ferroviaria que lleva su nombre, y posteriormente se trasladaron a la iglesia de San Geremia, donde se encuentran actualmente.
  • Existen reliquias menores en Metz (Francia) y en otras iglesias de Europa.

El cuerpo de Santa Lucía, en Venecia, reposa en una urna de cristal, donde puede ser venerado por los fieles.


Culto y Fiesta Litúrgica

Santa Lucía se celebra el 13 de diciembre, fecha cercana al solsticio de invierno en el hemisferio norte. Por eso, su culto se asoció a la idea de la luz que vence a la oscuridad.

En países como Suecia, Noruega y Finlandia, se realizan hermosas procesiones en su honor, en las que niñas vestidas de blanco llevan coronas de velas encendidas, simbolizando la llegada de la luz en el oscuro invierno.


Santa Lucía en la Iglesia Ortodoxa

Sí, Santa Lucía también es venerada en la Iglesia Ortodoxa, especialmente en las tradiciones bizantina y griega. Allí se la conoce como:

  • Ἁγία Λουκία ἡ Παρθενομάρτυς (Hagia Lucia, la virgen mártir)

Su fiesta suele celebrarse el 13 de diciembre, ya sea según el calendario juliano o gregoriano, según la tradición local. Su nombre figura en los Sinaxarios ortodoxos (equivalentes al Martirologio Romano). Es especialmente invocada como protectora contra enfermedades oculares y como símbolo de luz espiritual.

Aunque su culto es más fuerte en Occidente, existen iconos ortodoxos que la representan y oraciones que piden su intercesión.


¿De qué es patrona Santa Lucía?

  • Patrona de los ojos, la vista y las enfermedades oculares.
  • Protectora contra la ceguera física y espiritual.
  • Patrona de los oftalmólogos.
  • Patrona de la ciudad de Siracusa, su lugar de nacimiento.
  • Símbolo de la luz de la fe.
  • Invocada por quienes buscan claridad espiritual o curación de sus ojos.

¡Santa Lucía, ruega por nosotros, para que tengamos siempre la luz de la fe y la salud de nuestros ojos!


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Referencias Bibliográficas

  • DE VARAZZE, Jacopo. Legenda Áurea: vida de los santos. São Paulo: Companhia das Letras, 2003.
  • MARTYROLOGIUM ROMANUM. Martyrologium Romanum ex decreto Sacrosancti Concilii Oecumenici Vaticani II instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum. Typis Polyglottis Vaticanis, 2004.
  • ACTA SANCTORUM. Acta Sanctorum Decembris, Tomus II. París: Société des Bollandistes, 1850.
  • DEL COL, Laura. Santa Lucia: storia, culto e tradizioni. Roma: Edizioni Paoline, 2012.
  • HALL, James. Dictionary of Subjects and Symbols in Art. New York: Harper & Row, 1974.
  • SINAXÁRIO DA IGREJA ORTODOXA. Synaxarion of the Orthodox Church. Tesalónica: Apostoliki Diakonia, 1998.
  • HOLWECK, Frederick. “Lucia of Syracuse” en Catholic Encyclopedia. New York: Robert Appleton Company, 1910. Disponible en: https://www.newadvent.org/cathen/09414a.htm. Consultado el: 28 jun. 2025.
  • CAVALLERO, Giovanni. Santa Lucia: tra storia e leggenda. Venecia: Marsilio Editori, 1995.
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