Reflexiones, enseñanzas y recursos para la catequesis cristiana. Mis apuntes que aplico en mis clases con mis catecúmenos.
Los gestos concretos de Cristo —tocar, soplar, ungir, mezclar barro, lavar y bendecir— no son simples escenificaciones piadosas. Revelan una teología profunda enraizada en la propia estructura de la realidad y en la historia de la salvación. En el Dios hecho hombre, la gracia invisible se comunica por medios visibles, y el mundo sensible se vuelve vía de acceso a lo divino.
El nº 1436 del Catecismo de la Iglesia Católica enseña que “la conversión y la penitencia cotidianas tienen su fuente y alimento en la Eucaristía”. Esta afirmación revela el vínculo íntimo entre dos sacramentos que, aunque distintos, convergen en una misma realidad: la reconciliación del hombre con Dios y su perseverancia en el camino de la santidad. La penitencia es el retorno continuo del corazón al Padre; la Eucaristía, el alimento que sostiene ese retorno.
El relato de las bodas de Caná (Jn 2,1-11), en el que Jesús transforma el agua en vino, no es solo el registro del primer milagro de Cristo, sino la inauguración de una nueva etapa en la historia de la salvación.
El cristianismo no nace de una idea, de un mito o de una filosofía. Nace de un encuentro. En el corazón de la fe está una Persona viva: Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, enviado por el Padre para revelar Su amor y ofrecer la salvación. Esta es la Buena Nueva, el Evangelio que la Iglesia ha proclamado desde los tiempos apostólicos.
La muerte, para el cristiano, no se comprende como el fin absoluto de la existencia, sino como el paso a la plenitud de la vida en Dios. Al unir su propia muerte a la de Cristo, el fiel afronta este…
Ensayo basado en los Capítulos 1 y 2 del libro De Genesi ad litteram, de san Agustín. Ideas para comprender mejor el tema de la creación, conforme al Catecismo de la Iglesia Católica.
En el corazón de la reflexión filosófica y teológica se encuentra una pregunta tan simple como decisiva: ¿qué es algo en su esencia?
Las dificultades derriban a los débiles, pero fortalecen a los fuertes. En el Evangelio de Lucas, capítulo 24, vemos a los discípulos de Emaús regresando a sus vidas anteriores, atrapados en sus debilidades y decepciones.
Quizá nunca lo hayas notado, pero las tentaciones, cuando ocurren, atacan tus propósitos, tu fidelidad o tus vocaciones.
